miércoles, 19 de marzo de 2008

LECTIO DIVINA PARA JOVENES - DOMINGO DE RESURRECCION


A través de la lectio Divina pudimos profundizar en la Pasión y Muerte por amor del Señor Jesús; es hora de disfrutar de la alegría que nos trae su Resurrección.... para ello seguimos en este hermoso camino de orar con la Palabra.


TEXTO BÍBLICO Juan 20, 1-9

1 - LECTURA
¿Qué dice el texto?

Pistas para la lectura
¡Hola Lectionautas! ¡Feliz Domingo de Resurrección! Hoy estamos celebrando la fiesta litúrgica más importante del año. Celebramos que Jesús resucitó venciendo las cadenas de la muerte. El evangelio de hoy empieza por decirnos que el día Domingo muy temprano, María Magdalena fue, cuando aún estaba oscuro, al lugar en donde se hallaba el cuerpo sin vida de Jesús (a donde lo habían dejado). Podemos imaginarnos esta escena de dolor, como cuando vamos a dejar por primera vez algunas flores al lugar en donde hemos enterrado a un ser querido. Pero, sin embargo, esta situación en particular podría tener un agravante… Piensa que justo cuando te acercas a la tumba del familiar o amigo amado, encuentras la tierra removida, el ataúd abierto y observas que el cuerpo que hace poco fue enterrado ahora ya no está. Como para enloquecerse ¿Verdad? ¿Qué pasó? ¿Quién hizo esto? ¿Cómo puede ser que ahora ya ni a los muertos respetan? ¿Hasta qué punto hemos
llegado? Empieza una combinación de angustia, frustración, rabia y desesperación. Te sujetas la cabeza en medio de ambas manos y lloras; luego sales corriendo a avisar a los otros amigos y familiares del difunto lo que acaba de suceder. Mientras ellos escuchan tu testimonio, parecería como que no te pueden creer, pero tampoco se pueden quedar con la duda y, acto seguido, van corriendo al cementerio para ver con sus propios ojos que lo que acabas de decir es efectivamente cierto.
Lo primero que hemos visto en este texto es una marcada situación de agitación y angustia, los movimientos son bastante agitados y rápidos, pero al mismo tiempo son peligrosos, dado que cuando nos dejamos llevar por las evidencias y buscamos un culpable, podríamos caer en un
terrible error por no asumir y pensar las cosas con cabeza fría.
La piedra removida en una sepultura con forma de cueva es una prueba contundente de que algo anormal ha pasado.
Ahora los discípulos llegan y al igual que la Magdalena, observarán y corroborarán que lo dicho era cierto.
Te invito a que imagines esta escena, a que cierres los ojos y pienses en ella. Diseña mentalmente un paisaje de oscuras horas de la mañana en que estás observando a los dos discípulos cuyos cuerpos agitados por la carrera llegan hasta el lugar de los hechos, uno después del otro, con
algunos segundos de diferencia.
Habrá a continuación dos situaciones diversas en las que quiero que centremos nuestras reflexiones del día de hoy. Lo que viene es muy, pero muy importante.
El primero en llegar es el otro discípulo (aquel de quien curiosamente no se nos dice el nombre) aquel que no entra a la tumba antes que Pedro, pero… ¿porqué no entró?... Una de las teorías más fuertes y mejor aceptadas es que el discípulo parece reconocer cierta preeminencia en la
persona de Pedro, dada por el mismísimo Jesús en aquella ocasión en que le dijo: “Tu eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia”.
Luego, corriendo tan rápido como podía, llegó Pedro y entró a la tumba, vio los lienzos en el suelo, y el sudario que cubrió la cabeza de Jesús, no junto a los lienzos, sino plegado en un lugar aparte.
Y aquí viene una clave de lectura preciosa para el día de hoy… En los dos discípulos se dan situaciones distintas:
1. Pedro vio y no pasó nada.
2. El otro discípulo vio y creyó.
¿Creyó qué? Pues obviamente que había resucitado de acuerdo a las Escrituras y a lo que el mismo Jesús les había anticipado tantas veces cuando dialogaba con ellos. Observamos entonces que los procesos de asimilación son diferentes en estos dos personajes, pero que al final se
llegará a entender que definitivamente Jesús es el Hijo de Dios y que tenía que padecer la muerte de cruz, para que se cumpliera todo lo que se había dicho de Él y, que resucitaría al tercer día según las escrituras.

Para tener presente:
· Curiosamente, la primera en darse cuenta de esta aparente “mala noticia” es una mujer.
· Lo que empezó siendo una noticia angustiante, terminó convirtiéndose en una gozosa novedad.
· Al final del texto de hoy, Pedro aún no era consciente de lo bueno que había sucedido. Será más adelante que verdaderamente será inundado
con el gozo de esta buena noticia.
· A partir de hoy y durante 50 días más, viviremos el precioso tiempo litúrgico de la cincuentena pascual.

Otros textos bíblicos para confrontar:
Lc. 24, 12; Mt. 28, 1 – 8; 1 Cor. 15, 4

Preguntas para la lectura
· ¿Qué características identifican al primer personaje en darse cuenta que la piedra del sepulcro está vacía?
· ¿A quiénes les avisa lo sucedido?
· ¿Cuál de los discípulos llegó primero al sepulcro y cual entró primero?
· ¿Qué diferencias importantes encuentras en las experiencias de ambos discípulos?
· Describe las características fundamentales de lo que vio Pedro y el otro discípulo cuando entraron al sepulcro vacío.


2 - MEDITACIÓN
¿Qué me dice? ¿Qué nos dice?


Preguntas para la meditación
Ante este texto tan importante, debo preguntarme:
· ¿Hoy me siento rebosante de alegría por haber celebrado la fiesta de la resurrección del Señor Jesús?
· ¿Qué frutos concretos ha dejado el tiempo de cuaresma que acaba de pasar y la Semana Santa que acabo de celebrar?
· Vienen ahora cincuenta días de regocijo pascual… ¿Cómo podré celebrarlos de la mejor manera posible?
· ¿Soy consciente de que todos los domingos del año son días de celebración resurreccional por excelencia?


3 - ORACIÓN
¿Qué le digo? ¿Qué le decimos?

En la oración de hoy elevamos nuestra acción de gracias al Padre celestial por habernos permitido celebrar nuevamente esta extraordinaria fiesta, en la que contemplemos el cimiento fundamental de nuestra fe… La Resurrección del Jesús, el Hijo de Dios.

Gracias Padre de amor y misericordia.
Por permitir que tu amado Hijo compartiera nuestra condición humana en todo, menos en el pecado.
Por el sacrificio santo de la Cruz y por su preciosa sangre derramada en el madero.
Por resucitarle y romper así las cadenas que desde Adán no nos permitían ser auténticamente libres.
Por enseñarnos que el amor no conoce de límites, barreras ni fronteras.
Porque lo que fue un gran dolor se convirtió en gozo.
Porque hoy a una sola voz podemos proclamar:
“EL SEÑOR RESUCITÓ… ¡ALELUYA!”

4 - CONTEMPLACIÓN
¿Cómo interiorizo el mensaje? ¿Cómo interiorizamos el mensaje?

Vuelve a leer este texto. Luego busca un lugar silencioso, cierra tus ojos e imagina que eres un testigo oculto de todo este bellísimo pasaje bíblico. Visualiza que estás presente pero, que ni María Magdalena, Pedro ni el discípulo amado te pueden ver ni escuchar.
Escribe en un papel las características propias de esta experiencia y tómate todo el tiempo que sea necesario para poder hacerlo.

5 – ACCIÓN
¿A qué me comprometo? ¿A qué nos comprometemos?

Propuestas personales
· .No te conformes con la alegría de esta celebración. Coméntale a otro(s) lo feliz que te sientes de saber que Cristo ha resucitado.
· Ora frente al Santísimo por los no creyentes y los que dudan de Jesús. Pídele al Padre que transforme sus corazones con la fuerza de su Santo Espíritu de amor para que se integren a esta fiesta que hace saltar de gozo nuestros corazones.

Propuestas comunitarias
· Invita a otros Lectionautas a hacer el ejercicio del punto 4 y compartan las experiencias vividas.
· Hagan un cronograma de actividades para los 50 días de la celebración de la pascua, de tal manera que durante todo este tiempo se siga sintiendo al ambiente de fiesta eclesial por la resurrección de nuestro amado Jesús.

No hay comentarios: