sábado, 8 de marzo de 2008

Alguas pistas para vivir el ministerio sacerdotal

Toma al niño” “Déjate tomar por Él” “Hacete cargo” (lambano)*

¿Qué significará en mi vida presbiteral “tomar al niño” con mi brazos?
Se me viene a mi mente la Eucaristía. En la Eucaristía vendría a ser como el partero de Jesús, el “que haga nacer a Jesús”. Y Jesús se queda en mis manos y yo lo doy a los demás.
Un Dios niño es un Dios frágil y el Dios Eucaristía también es un Dios frágil
Pero no pienso esto como si dijera que “dignidad” sino que “compromiso”: DIOS SE HACE FRAGIL EN MIS MANOS

¿Para qué Señor? ¿Por qué tan frágil?
Primero para que no esconda mi fragilidad, para que no la disimule, tampoco que haga bandera con ella. Debo hacerme cargo de mi fragilidad, esa que me hace llorar, que me avergüenza, que me pesa…
Si Dios se hace tan frágil será que la fragilidad tiene algo de divino. Como dice San Pablo “me glorío en mis debilidades” “Cuando soy débil entonces soy fuerte”
Mi sacerdocio no puede aparecer como quien tiene todo o ya se recibió o ya tiene todo, sino que siempre seré discípulo misionero, es decir, en camino

Pienso que la “fragilidad” de Dios me debe comprometer con las fragilidades de los demás, más aún con aquellos que son frágiles. Presidir la Eucaristía será ponerme junto con lo frágiles, de su lado. De los que no tienen lugar en la posada, los solos, de los locos, de los que nadie escucha, de los que sufren, de los incrédulos… Es que Dios Niño vino para los frágiles y en la Eucaristía está para los frágiles.
¡Nunca podré ser “bruto” o desatento o poco tierno en mi trato con la fragilidad! La fragilidad exige ternura, delicadeza. La delicadeza del que ama. Por eso no deberé perder de vista esto en mi manera de presidir la Eucaristía, en mi manera de relacionarme con los más frágiles: con lo pobres, con los niños, los necesitados de tiempo, de escucha; y tampoco lo deberé perder de vista a la hora de relacionarme con mi propia debilidad y fragilidad.
Es verdad que los “frágiles” muchas veces nos molestan, nos incomodan, nos sacan de la estructura. El mismo pesebre, el Dios Niño Frágil molesta, por eso se lo endulza o se lo trata sólo como un cuento para niños. Habrá que estar siempre atentos en esto….

Presidir la Eucaristía, también, me compromete con la fragilidad de la comunidad a la que sirvo (no de la que me sirvo). Me compromete a amarla así frágil, a tratarla con ternura, a darle con amor el alimento que la fortalece, que la cura, que la anima, que la envía.

Presidir la Eucaristía, “tratar” con la fragilidad del Dios hecho niño en Belén y hecho pan en el altar, me hace solidario con la fragilidad de la Iglesia. Es que la Eucaristía no es mía, es de la Iglesia, no la celebro privadamente sino que la celebro en comunión con mi Obispo y con su presbiterio del que soy (seré) parte. Por eso mismo la fragilidad de la Eucaristía me pone de cara a la fragilidad de la Iglesia.
Por eso me puedo me preguntar ¿cómo vivo la fragilidad de la Iglesia, de la Diócesis? ¿y la fragilidad del obispo? ¿y de mis hermanos curas? (y de mis compañeros de curso, y de mis formadores…)
En necesario acercarme a estas fragilidades con el mismo respeto, con la misma fe, amor y ternura que cuando me acerco al Dios Niño y al Dios Pan.
No serán fragilidades para reprochar, ni para burlar, ni para escandalizarme sino para compartir, para llevar su peso juntos, para acompañar, a veces para excusar y siempre para rezar…
Lambano, toma al niño, hacete cargo… toma la fragilidad de la vida y déjate tomar por ella… INVOLUCRATE… deja que ella te tome, que te misione, que te convierta, que te haga más misericordioso.

Desde esta óptica debo mirar toda mi vida presbiteral.., estaré permanentemente en contacto con el PESEBRE (y con la cruz), con la FRAGILIDAD DE LOS DEMÁS (y de Jesús)
¿Cómo me relaciono con la fragilidad de la muerte, de la enfermedad, de los que me molestan, de los que no me quieren? ¿Cómo me acerco a la fragilidad de los que siempre me piden lo mismo, de los que están ciegos, de los que están al borde del camino, de los que no creen? ¿Cómo me enfrento a la fragilidad del pecado de los demás, de sus incredulidades, de sus procesos, de sus desplantes?

El ministerio que he recibido (y al que ustedes se preparan) (que también es frágil porque es un tesoro que llevamos en recipientes de barro) es un CAMINO EXCELENTE para hacerme cargo (lambano) de estas fragilidades.
Es que Jesús es la única respuesta total y definitiva a estas fragilidades y a Él tengo que llevar.
No tener miedo de ir al pesebre del lecho del enfermo, al pesebre de la familia que perdió un ser amado, al pesebre del pecador, al pesebre del que se llena de alcohol, de diversión y de droga porque en realidad esta vacío…. Es que ahí misteriosamente está Jesús…. Y tendré que reconocerlo (como los pastores, como los magos), y tendré que mostrárselos a aquellos que estando ahí no lo ven..

Pero para todo esto se hace urgente “achicarme” “hacerme niño”, recuperar lo que se me había perdido, recuperar la capacidad de asombro, de disfrute. Necesito hacerle espacio al Dios que irrumpe en mi vida y me cambia los planes. Necesito con urgencia ir al pesebre desde el SILENCIO FECUNDO, PACIENTE, QUE ACOGE LA PALABRA. Necesito urgente “navegar mar adentro”, dejar de andar “orillando” y distrayéndome con las porquerías que suele haber en las orillas…

En el pesebre te pido Señor que me hagas PROFUNDO, SENCILLO, HOMBRE DE FE, capaz de reconocerte en el insignificante signo de los pañales, capaz de seguir la estrella, capaz de discernir las trampas del asesino Herodes y esquivarlas…

Yo te tomo (lambano) Señor y vos Señor tómame a mi…. Me hago cargo de vos y de tantos rostros en los que te reflejas… vos Señor hacete cargo de mi, de mi vida, de mis límites, de las fragilidades de los demás, de la Iglesia… porque tu “debilidad es más fuerte que la fortaleza de los hombres” (1 cor 1,25)
(*)El verbo griego “lambano” que significa tomar, no solo hace referencia a el sujeto que toma un objeto o una persona sino que en la misma acción el objeto o persona tomado toma al sujeto. Es un tomar mutuo, yo tomo algo y eso me toma a mi….

2 comentarios:

Alicia Nivel Inicial I del R dijo...

Que bueno este espacio de acercamiento que abre caminos y produce ecuentros!!!! Felicitaciones. Dios te bendiga y te de toda la fuerza para cumplir la misión que te encomendó.


Alicia

Anónimo dijo...

muy lindo