jueves, 24 de abril de 2008

LECTIO DIVINA PARA JOVENES - SEXTO DOMINGO DE PASCUA

TEXTO BÍBLICO Juan 14, 15 - 21

1 - LECTURA
¿Qué dice el texto?

Pistas para la lectura
¡Hola Lectionautas!
Al llegar al sexto domingo de Pascua, nos encontramos con Jesús, que hace la promesa a sus discípulos de enviarles el Espíritu Santo, El que consolará a su pueblo, el Paráclito (que significa abogado), como se le llamará también en otras traducciones.
Esta será la primera de cinco ocasiones en las Jesús promete a sus discípulos que les dejará al Espíritu Santo, podemos encontrar las otras cuatro si leemos los capítulos siguientes a este, en el Evangelio de Juan.
Empieza Jesús este texto, enseñando la condición primordial para recibir al Espíritu Santo, “Ustedes demostrarán que me aman, si cumplen mis mandamientos”, invita a sus discípulos a demostrar el amor que ellos han manifestado tenerle, pero no solo de la boca hacia afuera, sino con sus actos, en este caso viviendo según sus mandamientos. Jesús hace esta promesa de enviar el Espíritu Santo, porque sabe de antemano que sus discípulos están tristes, preocupados o desconsolados, ante la idea de su inminente partida, y este espíritu les indicará el camino correcto que ahora deben seguir.
“Él les enseñará lo que es la verdad.” Para los discípulos será un momento muy difícil la partida de Jesús, porque ya no contarán con la presencia de su maestro, no podrán ir a buscar una respuesta a sus incógnitas a sus temores o a sus dudas, no habrá quien les diga cuál es la verdad. Por esto, Jesús hace referencia a que este Espíritu será quien ahora les enseñara la verdad.
Amigos lectionautas, Jesús da una clave muy importante en este texto, “los de este mundo no podrán verlo, los de este mundo no podrán recibir el Espíritu”. Vivir según las normas o mandamientos de este mundo apartarían a los discípulos del Espíritu de Dios.
Pero, ¿porqué los discípulos pueden ver el espíritu? ¿cómo es que está en medio de ellos? Porque es el Espíritu de Jesús mismo el que se les dará, es Cristo mismo quien habitará en ellos, serán uno con Él y Él estará en ellos, es por eso que dice la Escritura: “Pero ustedes sí lo conocen, porque está con ustedes, y siempre estará en medio de ustedes.”
Es muy importante, saber que hoy nos encontramos ante la dimensión trinaría de Dios, el Padre en su condición de creador, el Hijo en su condición de Redentor y el Espíritu en su condición de Abogado y quien consuela. La Santísima Trinidad es uno de los misterios más grandes e incomprensibles ante los ojos humanos, ¿Cómo tres personas diferentes pueden ser un mismo Dios?, solo con los ojos de la fe, podrá ser que los discípulos puedan creer en esta verdad.
Nuevamente el texto hace referencia a la importancia de la obediencia a la voluntad del Padre, dice la Escritura: “El que me obedece y hace lo que yo mando, demuestra que me ama de verdad” Debemos notar esta insistencia del evangelista en resaltar la importancia de cumplir la voluntad de Jesús.
Solo viviendo según las exigencias de Cristo podrá llevar a los discípulos a recibir el Espíritu Santo, ellos podrán reconocer ahora la verdad. Con esto demostrarán también su amor a Dios, y entonces podrán ver las cosas según los ojos de Dios y así Jesús se dará a conocer en su plenitud a ellos.

Para tener presente: El Espíritu Santo se manifiesta de diferentes maneras, y se nos da según la voluntad del Padre.

Otros textos bíblicos para confrontar: 1 Juan 5, 3; Mateo 28, 20; Hechos 10, 40-41.

Preguntas para la lectura
· ¿Cómo se debe demostrar el amor a Dios?
· ¿Quiénes recibirán el Espíritu Santo?
· ¿Cómo se reconoce la verdad?
· ¿Qué pasa con aquellos que viven según el mundo?
· Los Discípulos, ¿Qué debían hacer para ser uno con Cristo?
· ¿Quiénes son aquellos que podrán ver al Señor?

2 - MEDITACIÓN
¿Qué me dice? ¿Qué nos dice?

Ante este texto tan importante, debemos preguntarnos ¿Cómo estamos viviendo nuestra vida de discipulado de Cristo?, no podemos pasar por desapercibido el hecho que Jesús hoy nos está llamando a vivir en obediencia a sus mandamientos, una vida en Santidad, solo de esa manera podremos convertirnos en personas que agraden a Dios.
Pero es muy importante que podamos cuestionar si nuestros actos están siendo iluminados por el Espíritu de Dios, debemos ver cada situación de nuestras vidas, y diferenciar en que momentos de nuestro actuar este Espíritu es quien nos guía.
Debemos orar y preguntarnos si realmente vivimos dejando que sea Cristo quien actúa en nosotros.
Vivir según el mundo, no nos permite ser verdaderos discípulos del Señor, nos separa de las palabras de Jesús: “Yo seré uno con ustedes”.
Amigo lectionauta, solo la vida guiada por el Espíritu Santo, es la vida que puede agradar a Dios. Hoy es una oportunidad maravillosa para tomarnos un momento en nuestra existencia, y así poder cuestionarnos, ¿de qué manera vivo mi discipulado, con el espíritu de Dios o con el Espíritu del mundo?
No olvidemos que Jesús “llamó a los que Él quiso” y que de igual manera hoy sigue llamando a muchos de nosotros para mostrarse como Él es, para enseñarnos el camino de la verdad.

3 - ORACIÓN
¿Qué le digo? ¿Qué le decimos?


Ha llegado la hora de responderle al Padre, es el momento de abrir nuestro corazón a Jesús y dejarnos guiar por su Espíritu, dirigiéndole la oración que evoca de nuestro corazón:
Señor, me presento ante ti, para alabarte, para darte
gracias, por tu amor.
Gracias por amarme, gracias por enseñarme lo que quieres de mí, gracias por ser mi amigo, gracias por mostrarme el camino a seguir para agradarte.
Dame Señor, un espíritu como el tuyo, para poder hacer tu voluntad, dame Señor fuerza, para cumplir tus mandamientos.
Señor, soy tuyo y te amo, y me consagro a ti, me entrego entero a ti.
Darme fortaleza para alejar de mi todo lo que me invita a no seguirte, todo lo que me llama a no ser como tú.
Señor soy tuyo y te amo….

4 - CONTEMPLACIÓN
¿Cómo interiorizo el mensaje? ¿Cómo interiorizamos el mensaje?

Hemos llegado al momento culmen de nuestra Lectio Divina, contemplemos a Jesús que nos invita a ser uno con Él y repitamos una y otra vez:
Señor, soy tuyo y te amo…
Señor soy tuyo y me dejo amar por ti…
Señor quiero ser uno solo contigo…
Señor soy tuyo y te amo…
Envíame Señor tu Espíritu…
Quiero prepararme para recibir tu Santo Espíritu…
Esta semana cada vez que estemos en un momento de oración,
un momento de plática con Dios, repitamos muchas veces esta
frase: “Señor soy tuyo y te amo…” “Envíame Señor tu Espíritu…”

5 – ACCIÓN
¿A qué me comprometo? ¿A qué nos comprometemos?

Propuestas personales
· Vuelve a estudiar los mandamientos que nos ha dejado Cristo, y a la luz de ellos, puedes comparar tu vida y ver en cuales debes mejorar, hazte un propósito de enmienda.
· Trate de cada uno de tus actos sean discernidos desde la luz del Espíritu de Dios, y ante cada situación de tu vida pregúntate, ¿Cuál sería la mejor manera de agradar a Diosen ese momento?

Propuestas comunitarias
· Estudiar en tu grupo juvenil, los mandamientos de Cristo y los mandamientos de la iglesia, para poder compararlos con el actuar de tu grupo juvenil
· Busca junto a todos los miembros de tu grupo, ¿Cuál es la manera para dejarse guiar por el Espíritu de Dios, para poder llevar una vida guiada en el Espíritu de Cristo?

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